En este blog intentamos cambiar ideas que han hecho que la accesibilidad no evolucione lo suficiente.
Una idea que está muy arraigada es que la accesibilidad se limita al espacio físico, es decir a la arquitectura.
Otra idea es que la accesibilidad solo es necesaria para las personas en sillas de ruedas. Precisamente por eso, hemos escogido como imagen de este post una persona con movilidad reducida que está viendo una obra, pero cuya obra tiene una cartela en braille, como guiño a la accesibilidad visual.
Es frecuente ver que en muchos museos y centros de exposiciones, se limitan a entender la accesibilidad como una rampa en la entrada, salas diáfanas y un aseo adaptado.
Un museo o una exposición accesible solo lo será, si los contenidos han tenido en cuenta las necesidades de todas las personas.
¿De qué sirve entrar a un museo en silla de ruedas si todas las vitrinas son altas y no se pueden leer las cartelas?
O pensemos por ejemplo una persona ciega que se encuentra una instalación de vídeo sin ningún audio.
También ocurre lo contrario, una persona sorda verá muchos vídeos interesantes pero que sin subtitulado, ni lengua de signos tiene que imaginar el mensaje, porque pierde información.
Asimismo vemos personas mayores teniendo que pegarse a la pared para leer letreros minúsculos.
Y por supuesto que no podemos dejar de mencionar a esa gran olvidada y desconocida, la accesibilidad cognitiva.
Resulta agotador estar en una exposición que no entemos, no saber cuál es el recorrido o no comprender ninguno de los textos.
Hace unos meses nos dijeron una frase para reflexionar: «si no podemos ser interesantes, seamos oscuros».
Esa es la sensación que a veces tenemos al enfrentarnos a textos expositivos que lejos de aportar se alejan de las personas visitantes, porque no son accesibles.
Y todas estas medidas que hemos comentado no pueden ser acciones puntuales, deben ser parte de un plan e implementarse en armonía.
Deben ser conocidas por todos los agentes, desde la dirección de la entidad, la parte creativa, la constructiva y desde luego, la atención pública, como ya comentamos en el blog anterior.
Finalmente, os dejamos una pequeña guía que recoge los parámetros básicos para hacer museos y exposiciones accesibles.