Después de 5 años de andadura hemos decidido renovar imagen y refrescar contenidos; tuvimos un blog dedicado mostrar ejemplos de buenas prácticas, sin embargo vemos, que todavía es necesaria una ardua labor de sensibilización e información.
Comenzamos esta nueva etapa tratando de resolver dudas frecuentes y empezando con una reflexión acerca de los prejuicios que tenemos que eliminar, pues a veces parece que trabajar en accesibilidad consiste en explicar que la tierra es redonda:
– «Por aquí entran las personas normales y por aquí los minusválidos»…no, perdone, somos personas con discapacidad y no somos menos válidos que nadie y por supuesto, también somos normales, no somos de Marte.
– «Yo ya hago todo accesible», claro está cumpliendo el código técnico, pero no ha tenido en cuenta las buenas prácticas, ni ha pensado en las dificultades sensoriales de las personas, tampoco en las intelectuales.
– «Es que por aquí no vienen en silla de ruedas», no vienen porque su local no es accesible.
– «Es que tengo 3 escalones, ya no puedo hacer nada», sí puede, hay personas con movilidad reducida que pueden entrar a su local, lo mismo personas ciegas, sordas, con discapacidad intelectual, etc. Pero no piense en la discapacidad, piense en la mejora del servicio para todos sus clientes.
– «¿Accesibilidad para qué?», para fomentar la igualdad, hacer efectiva la inclusión social, respetar derechos fundamentales y en general, para vivir mejor, qué le puedo decir, me gusta la calidad en la vida.
Hubo una época en que se negaba lo evidente, en que estábamos convencidos de que la tierra era plana; ahora parece que más personas ven que la redondez de la tierra está en su horizonte, un horizonte accesible, respetuoso con todos y todas.
Estamos dispuestos a buscar una nueva ruta a oriente y encontrar otro continente, un continente donde la accesibilidad no sea una obligación sino un deseo.
Y parece que no estaremos solos en este viaje.